jueves, 1 de marzo de 2012

Colonización cerebral


Me es difícil comprender la forma de pensar de algunas personas y no es porque sus análisis sean comparados con los de un Galileo, Newton o Pascal, cabe destacar, pero cuando escuchas –por no estar sordo- cosas como: “todos los seres humanos son ambiciosos por naturaleza” o “no hace falta leer, con sentido común basta” uno se pregunta, ¿qué  educación recibió esta persona para llegar a tan sublime análisis? Y entonces esa pregunta te conduce a otras interrogantes, ¿habrá tenido educación esa persona?, o ¿será por el tipo de educación que recibió afirma tamaña barbaridad?, o ¿como esa persona es ambiciosa y no lee, cree que todos somos así? Finalmente encuentras la respuesta más acorde y es que la involución si existe y estas presenciando una.

Por otro lado se entiende lo difícil que es desprendernos de esa cultura “lo de afuera, es lo mejor”, “aquí lo que hay es puros flojos”, “nosotros estamos es pendiente de un chanchuyo”, “ya el agua tibia esta inventada, compramos eso a los de afuera”; estas son frases expresadas por personas que ni si quiera ellos o ellas saben lo dañino que es para su país y mucho menos comprenden el poder subliminal que estas poseen.
Los “ambiciosos no lectores” -a pesar de ser una combinación explosiva- no me preocupan tanto, porque si en algún momento comienzan a leer –dependiendo de lo que lean- puede revertirse esa actitud ante la vida; en cambio los que no quieren a su país estando consciente o no, de que no lo quieren, son realmente nefastos.
Esos últimos, que no existe otro adjetivo para calificarlos si no como apátridas, son capaces de hacerle daños irreversibles a una empresa, a una institución, a un ministerio, a un estado nada más por el hecho de ser cómodo y no enfrentar los obstáculos que se le presentan.

Si Galileo fuera un apátrida en vez de diseñar un telescopio hubiese pensado “que va, la luna está muy lejos, mejor duermo” o un Newton diciendo “mejor esperamos a que Leibniz desarrolle el cálculo integral y después nos lo copiamos” o un Pascal sacándole el cuerpo a Antoine Gombaud para que dejara el fastidio con sus juegos de azar.  

Espero que algún “ambicioso no lector” lea esto, y si lo hace le recomiendo leer Las venas abiertas de América Latina de Eduardo Galeano para que comprendan hasta dónde puede llegar la ambición y si eres un apátrida en verdad no nos haces falta, vete a uno de esos países que tú llamas desarrollados que nosotros nos quedamos aquí construyendo patria.

“Él que no quiere a su patria no quiere a su madre” Calle 13

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